Tercer libro: "Mis relatos breves"/ Autor: Antonio J. Martín
1. MISTERIO EN CAELESTI TERRAM
CAPITULO 1
Un veintiséis de septiembre de mil novecientos noventa y cuatro, en Calahorra, en un instituto llamado Caelesti Terram, Toño Martín, a segunda hora, estaba en la clase de Química con la maestra Elvira Gómez, cursando 2º de B.U.P. A, cuando tocaron a la puerta de la clase. Era Camilo Cervera, maestro de Educación Física, y venía a llamarlo ya que el director quería tener una charla con Toño.
CAPITULO 2
Toño era un chico muy responsable y trabajador. Realizaba las tareas y estudiaba diariamente lo que le mandaban los profesores para el día siguiente. Provenía de una familia de clase social media que le había inculcado una buena educación. Era el mediano de tres hermanos. Sus padres habían tenido una vida dura pero debido a todo lo que trabajaban llevaban una vida tranquila.
CAPITULO 3
Una vez fuera de la clase Toño y Camilo, éste lo agarró por el camisa y lo introdujo en un saco exclamando ¡por fin te tengo!. Toño intentaba gritar pero le era imposible ya que tenía la boca completamente sellada con un esparadrapo.
Le llevaron a una habitación donde se lo quitaron y lo desataron esperando así que colaborara pero fue inútil cuando le hicieran la pregunta clave. Allí se encontraban Camilo, Gilberto Itzá, Feliciano Giménez, junto a Paola Ferreiro y Ariadna Rosales. Feliciano Giménez le miró fijamente a los ojos y le preguntó con cara de enfado ¿dónde está el pendrive?. Si nos lo dices no te mataremos pero si no esta será tu última semana de vida. Así que tú veras. Ante la negativa de Toño a decir nada, basándose en que desconocía lo que le preguntaban, Feliciano ordenó que lo encerraran y lo amordazaran de pies y manos con una cuerda que tenía un nudo muy fuerte en ambas partes y el esparadrapo en la boca, con la compañía de unos animales nada amistosos que dejaron sueltos.
La entrada en escena de estos animales voraces (dos cobras, un escorpión y dos tarántulas) dirigiéndose hacia él, dejó a Toño helado del miedo que le recorrió su cuerpo ya que los odiaba. No quería morir de esta forma tan infame con aquellos animales dirigiéndose hacia él con malas intenciones.
CAPITULO 4
Feliciano era el responsable de un grupo terrorista que a nivel local quería desprestigiar la educación pública (G.F.E.P.). Buscaba con sus secuaces un pendrive en el que aparecía mucha documentación acerca de profesores/as y alumnos/as ejemplares. El pendrive lo había escondido Toño, como líder estudiantil que luchaba por defender el derecho de una educación pública de calidad, en la caja fuerte que había en la biblioteca del colegio, pensando en que no se dirigieran hacía allí.
Feliciano ordenó a sus compinches que investigaran todo el recinto escolar para encontrarlo. Era muy importante obtener ese pendrive para el objetivo que tenían propuesto una vez conseguido éste.
CAPITULO 5
Mientras tanto Leonor Sánchez tocó la campana que indicaba el tiempo de recreo, sin embargo Toño tenía su mente puesta en otras miras que le preocupaban más que un simple recreo, ya que se estaba jugando su vida por un peligro que a él le afectaba mucho.
Aquellos animales seguían acercándose a él, hasta tal punto que notaba como un cosquilleo le iba subiendo por los pies y tenía que moverlos para quitárselos de en medio.
Al acabar el recreo la siguiente clase que tenía Toño era Religión con Jacobo Tormo. Cuando éste entró echó un vistazo al alumnado que allí había y se dio cuenta de que, aunque no había faltado nadie, Toño Martin no estaba presente en clase.
Acto seguido preguntó a Pablo Ruiz, delegado de clase, por el paradero de Toño y éste le contestó que en clase de Matemáticas había salido del aula, dado que Camilo había venido a buscarlo pues el director quería tener una charla con él. Jacobo Tormo quedándose pensativo exclamó: ¡ No está tardando demasiado!. Aquí me parece que está ocurriendo algo raro y lo mejor será averiguar de qué se trata.
A Feliciano no lo he visto, Martina Orozco me ha dicho que por lo visto estaba en su casa con fiebre y como él Gilberto. Pablo exclamó: ¡se habrán ido después de que hablaran los dos a casa!.
CAPITULO 6
Acto seguido Jacobo salió de clase y Gilberto, antes de que se diera cuenta de su presencia, le pegó dos tiros cayendo fulminado al suelo. Gilberto salió corriendo para esconderse ya que notaba la presencia de pasos acercándose.
Era Pablo que había escuchado el sonido de los disparos y se acercó a ver qué había ocurrido. Su cuerpo se descompuso al ver como yacía muerto Jacobo con dos balas en el tórax.
En la habitación seguía muy incómodo Toño con la presencia de dichos animales cuando la puerta se abrió de repente y entraron Feliciano, Gilberto y Camilo. Domingo afirmó: “hice lo correcto, ya que si no me habría descubierto y se hubiese convertido en una amenaza para nuestro plan”.
Feliciano preguntó a Gilberto y Camilo si habían encontrado el pendrive a lo que respondieron que la búsqueda no había sido fructífera, aunque todavía les quedaban varias zonas por registrar, entre ellas la biblioteca.
CAPITULO 7
Al oír la palabra biblioteca el cuerpo de Toño se estremeció, pero en lo que debía pensar ahora era en como quitarse aquellos animales de ingrata compañía.
Mientras Feliciano, Gilberto y Camilo cogieron algunas armas, Pablo fue en busca de Leonor para que le resolviera las numerosas dudas que tenía, cuando Paola y Ariadna le cortaron el paso preguntándole adonde se dirigía. Éste sin detenerse siguió corriendo y éstas fueron detrás de él con el fin de darle caza y liquidarlo.
Pablo tocó en la puerta de 3º B.U.P. A en donde Leonor estaba dando clase y le pidió que por favor saliera fuera de ésta un momento. Cuando lo hizo le preguntó a Pablo que de que se trataba. Pablo llorando le contestó: “Jacobo ha muerto, Toño no ha vuelto al aula y Paola con Ariadna me están persiguiendo por todo el colegio con malas intenciones”.
La respuesta de Leonor fue clara: “en cuanto acabe esta clase de Matemáticas voy a tu clase y hablamos ya que la siguiente clase la tengo en 2º B.U.P. A. Pablo le dio las gracias por la atención recibida.
Pablo seguidamente se dirigió a la sala de profesores donde fue interceptado por Gilberto Itzá quién le preguntó: “¿qué quieres Pablo?”. “Tenemos una reunión ahora y debes irte”. “Si tienes alguna duda luego me la preguntas en clase”. Éste respondió: “¿Indivar Ariztimuño está en su despacho?”. Gilberto le contestó que Indivar había ido al banco a llevar unos cheques. Pablo le dio las gracias tras contestarle a su pregunta.
CAPITULO 8
En la habitación, tras mucho interés por desatarse de las cuerdas y no poder, dejo de intentarlo.
Mientras tanto Feliciano y Camilo ya se encontraban en el lugar clave, la biblioteca, mirando con detenimiento para que no se les fuese a pasar ninguna pista. Gilberto en la sala de profesores se encontraba registrando mientras Paola y Ariadna se encontraban en clase dando la asignatura correspondiente.
Al acabar la clase Leonor subió a 2 B.U.P. A en cuyo pasillo yacía muerto en el suelo Jacobo esperando a que un médico viniese a certificar el fallecimiento y el juez de vigilancia ordenara el levantamiento del cadáver. Junto a él Pablo no se separaba ni un momento.
Leonor ordenó a los alumnos/as que se fueran a sus casas en señal de luto por la muerte de Jacobo pero que volvieran a los tres días cuanto éste acabara.
Feliciano y Camilo ya estaban desesperados ante la falta de noticias en su búsqueda del pendrive que tanta importancia tenía para la consecución de su objetivo final. Registraban papel por papel y dependencia por dependencia en lugar del dichoso pendrive pensando que hubiese alguno que le llevase a encontrarlo. Los nervios ya eran evidentes y estaban dispuestos a pagar el precio que fuese por obtenerlo, cayera quien cayese.
Leonor y Pablo tenían sospechas fundadas de que todos los hechos acontecidos habían sucedido en circunstancias muy extrañas y estaban dispuestos a llegar hasta el final. Empezaron a recomponer el puzle pieza por pieza y dedujeron que cabría la posibilidad que alguno de los profesores que allí daban clase no fueran tales y solo fuese una tapadera para otro fin. Empezaron por ir a dirección cuando se encontraron a Camilo, el profesor que llamó a Toño subir por las escaleras. Éste hizo por no verlos cuando Pablo llamó su atención preguntándole si había sido él que había llevado a Toño al director a ko que contestó Camilo afirmativamente.
Seguidamente Pablo le replicó que después no había vuelto a clase y Camilo ya le contestó que no supo nada más de él. Pablo le dio las gracias. Al fin Camilo respiró tranquilamente.
Bajaron a secretaría cuando Leonor gritó inmensamente al ver a Milos Fermonsel muerto al recibir tres disparos, dos en la cabeza y uno en el abdomen. Rápidamente se informó al médico que estaba ya en el colegio que viniese a certificar el fallecimiento de otro maestro y al juez de vigilancia que ordenara el levantamiento del segundo cadáver.
CAPITULO 9
Hacia su entrada Indivar Ariztimuño al colegio cuando se le caló el coche y no podía arrancarlo. Detrás venia el nuevo maestro de Latín y Religión Eros Arrubal y cuando se dio cuenta del incidente se bajó del coche y fue para ayudarla diciéndole: “No se preocupe que se dan muy bien los coches”. En cuanto cogió las llaves y arrancó el coche un par de veces, ya iba perfectamente.
Al salir del coche Indivar le dio las gracias y se presentó como la secretaria y profesora de Lengua Castellana a lo que él le contestó que se llamaba Eros Arrubal y era el nuevo maestro de Latín y Religión.
Cuando los entraron Leonor y Pablo les contaron lo sucedido. Indivar también le resultó muy extraño lo sucedido y se propusieron averiguar la verdad.
Cuando Feliciano y Camilo estaban registrando otra dependencia del instituto, Gilberto habiendo notado la presencia de Indivar, Eros, Leonor y Pablo muy cerca de donde estaban inspeccionando, fue a buscarlos para comunicarles que se encontraban muy cerca de donde ellos buscaban. A continuación les preguntó si habían encontrado algún indicio que diera con su paradero.
CAPITULO 10
Camilo sugirió hacer una visita a Toño para ver si se desmoronaba y lo decía, fruto de la presión que estaba sufriendo. A los pocos minutos entraron por la puerta. Toño estaba en una situación muy crítica: en la cara tenía un escorpión, en los brazos iban reptando dos cobras y en los pies dos tarántulas se posaban. Camilo le advirtió que por su bien dijera donde se encontraba el pendrive a lo que él se negó a contestar diciendo que no sabía de qué estaban hablando. Gilberto con mucha rabia le pateó varias veces en el bazo.
Indivar, en señal de agradecimiento por la ayuda de Eros en el percance que había tenido con su coche, le invitó a cenar a su casa esa misma noche a lo que Eros aceptó. Indivar se encargó de llamar a las familias de los fallecidos una vez trasladados los cuerpos al instituto anatómico forense para hacerles la autopsia.
Eros estaba muy contento en el colegio a pesar del percance de las dos muertes sucedidas. Eran las diez de la noche cuando Eros llegó a la casa de Indivar.
Fue una noche plácida en la que mientras cenaban hablaron de numerosos temas: profesores, alumnos, dependencias del colegio, etc… Poco después salieron por el casco urbano de la localidad para dar una vuelta.
CAPITULO 11
Una vez pasados los tres días de luto todo volvía a la normalidad aparentemente. Feliciano llegó, como de costumbre, el primero al instituto. Se dirigió hacia la dependencia donde se encontraba Toño para ver como lo estaba pasando. Entró y al darse cuenta de que estaba dormido le propinó una patada en las costillas. Seguidamente Feliciano le propuso un trato: “su libertad a cambio del pendrive” a lo que Toño se negó, ya que sabía que si lo aceptaba una vez que se lo diera lo mataría.
Feliciano le dijo que se iba arrepentir de su negativa. La situación de Toño era alarmante ya que llevaba tres días sin comer ni beber nada y con una compañía para nada grata.
CAPITULO 12
La situación no cambió para mejor en los tres días posteriores con el agravante de que nadie fue a la habitación donde se encontraba para ver preocuparse por él o intentar sonsacarle información.
Llevaba una semana encerrado y a punto de desmoronarse psicológicamente cuando escuchó pasos de varias personas que se dirigían hacia donde él se encontraba. Eran Gilberto y Camilo discutiendo donde podría estar el pendrive. Viendo que Toño estaba muy mal y que estaba ausente de sí mismo y medio muerto por la inexistencia de alimento y líquido, decidieron seguir buscando por otros emplazamientos del colegio.
Bajaban por las escaleras cuando dieron en su camino con Leonor y sin pensárselo le dispararon en el tórax varias veces. Luego se dirigieron a la sala de profesores para no ser pillados en el momento.
Cuando subieron Indivar, Martina, Neus Aguirretxe, Eros y Pablo ya era demasiado tarde. Leonor yacía muerta. Indivar no pudo contener las lágrimas y se puso a llorar amargamente ya que en una semana habían muerto dos maestros, una maestra y había desaparecido uno de los mejores alumnos del instituto.
CAPITULO 13
Toño, se hizo con mucha entereza y después de muchos intentos consiguió reblandecer y romper los diferentes nudos que tenía en brazos y piernas. Acto seguido quitó de en medio a los animalitos que le habían estado asediando cuando de pronto…
CAPITULO 14
… Entró Feliciano pero lejos de amedrentarse, saltó sobre él, cayendo Feliciano para atrás y dándose un golpe en el suelo. Toño le ató mediante varios nudos los brazos y piernas. También le puso esparadrapo en la boca. Registró en su bolsillo buscando la llave para salir de allí pero no la tenía.
Con el ruido ocasionado Gilberto, que se encontraba cerca de allí, fue a ver qué ocurría cuando recibió un golpe frontal con una silla que lo dejó K.O. Toño también lo amordazó y al registrarle encontró para su satisfacción que tenía una copia de la llave en el bolsillo.
Paola y Ariadna lo vieron escapar e intentaron derribarlo pero Toño las empujó y cayeron desplomadas. Una vez amordazadas
las encerró junto a Feliciano y Gilberto.
Fue a buscar ayuda pero para su desagrado a quién se encontró fue a Camilo y no con muy buenas intenciones. Se enfrascaron en una lucha desigual que ganaba Camilo pero todo cambió cuando…
CAPITULO 15
Llegó Eros con Indivar ya que éste se lanzó sobre Camilo y le propinó varios puñetazos en el estómago y con una llave de judo lo dejó inmovilizado. Camilo fue atado y encerrado con el resto de compinches del grupo.
Toño explicó a Indivar y a Eros lo sucedido y les entregó el pendrive.
CAPITULO 16
Seguidamente Indivar llamo a la policía para darles detalles de lo acontecido esta trágica semana y le dio el pendrive que había recibido de Toño ya que contenía documentación confidencial. La policía se personó en el colegio, confirmando que llevaban tiempo detrás de ellos al sospechar de sus actividades delictivas y de la suplantación de personalidad para conseguir sus macabros hechos.
Al fin caía la cúpula de este grupo terrorista que solo actuaba a nivel local.
En el juicio celebrado posteriormente Feliciano, Gilberto, Camilo, Paola y Ariadna tuvieron una condena ejemplar ya que la pena dada para todos por los delitos cometidos fue la misma, sin escatimar en las muertes producidas.
Una vez realizadas las oportunas autopsias que revelaron datos concluyentes sobre la causa de su muerte se celebraron los funerales de Leonor, Jacobo y Milos.
CAPITULO 17
Indivar es nombrada Jefa de Estudios manteniendo también la Secretaria. Sigue dando la asignatura de Lengua Castellana mientras Eros se convierte en el nuevo director del instituto y mantiene las asignaturas de Latín y Religión.
Indivar Ariztimuño y Eros Arrubal se casaron el 10 de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro.
2. LO QUE LA VERDAD OCULTA
CAPITULO 1
Paco, como todos los días, se levantaba a las 7: 10 para desayunar e irse al instituto a las 7:30 puesto que entraba a las 8:00. Allí se juntaba con sus amigos: Alex, empollón de categoría, al que no se le resistía ninguna asignatura, y Juanmi, que el pobre tenía mala suerte con los estudios, ya que era muy torpe. Antes de empezar las clases ellos contaban sus sueños preferidos y lo acontecido el día anterior. Paco, como sus demás compañeros, ayudaba mucho a resolver los problemas, en el caso de la asignatura de Matemáticas, como a responder cuestiones increíbles que parecían no tener solución, caso de Filosofía.
Paco, teniendo 18 años, veía la vida de otra manera. Creía que ésta no servía para nada, era una metedura de pata.
Apenas dos meses antes para que dieran el primer boletín de notas, en diciembre, él ya hablaba de aprobar el curso con matrícula de honor. El día, como de costumbre, para él acababa bien. Había sacado un ocho en Historia, un siete en Geografía y en los verbos de la asignatura de Lengua había destacado al preguntarle la maestra.
Al llegar a casa su padre, Santiago Naraz quería que le diese un beso antes de irse a trabajar de tarde y su madre llegaba del trabajo como limpiadora en un instituto. Los padres de Paco eran muy buenas personas, aunque tenían sus prontos. Al acabar el curso pasado le habían regalado un ordenador. Hay que decir que Paco provenía de una familia bastante rica. Su padre, Santiago, de 46 años, era de piel tostada, cara redonda y descendiente de una familia muy culta y educada; su madre, Justina, al contrario, con 44 años, era campesina y no sabía leer, pero tenía muy buen sentido de humor, hecho negado en el padre.
A las 4 de las tarde Paco terminaba de comer, quitaba la mesa, para ponerse a estudiar y cuando terminaba con dicho estudio, ver los deberes que tenía para el día siguiente.
El cambio de edad le estaba afectando a la hora de tomarse las cosas en serio. A las 9 de la noche acababa de tomar el postre y se acostaba para levantarse al día siguiente como de costumbre.
Iban pasando los días hasta que poco a poco se acercaba el día de las notas. Su amigo Alex no se preocupaba, pero sentía la necesidad de saber cuántas matrículas de honor iba a sacar. Juanmi sentía angustia esperando para no batir el número máximo de suspensos. Paco, a su vez, esperaba para saber si las predicciones hechas por él se cumplían. Pero en ese curso 1967/1968 algo inusual ocurrió.
CAPITULO 2
La familia de Paco, además de sus padres Santiago y Justina, estaba compuesta por su hermana Cecilia, que estudiaba 4º de Economía, a punto de acabar la carrera, y su hermano Xexil, que estaba en 3º de Farmacia. Ambos eran amables, amistosos y empollones, como Paco.
Los amigos de Paco, Alex y Juanmi habían tenido en su vida acontecimientos trágicos. Sus vidas no habían sido fáciles. Alex, de pequeño, tuvo problemas psicológicos, como consecuencia de la situación que tuvo en casa, con un padre alcohólico y una madre desequilibrada por problemas psicológicos, que acabó suicidándose. Fue dado en adopción. El padre adoptivo, Javier, era un buenazo, aunque su problemática en corazón y riñón, con sendas operaciones, hicieron debilitarlo mucho. También tenía su mal genio, a veces. Juanmi fue dejado por sus padres biológicos, alcohólicos y drogadictos. Vivía con su padre adoptivo, José. Su madre adoptiva había muerto como consecuencia de un cáncer de pulmón.
El suceso inesperado, del que os iba a hablar, ocurrió cuando Paco se desmayó el día de recogida de notas, un viernes 22 de diciembre de 1967, al darle las notas, porque cuando mejor lo estaba haciendo, suspendió ocho de doce asignaturas. Alex no había salido mejor parado al suspender siete asignaturas de doce, lo que le provocó una lipotimia. ¡Cual fue la sorpresa de Juanmi que, tras mucho esperar, por primera vez en una evaluación había aprobado todas de una vez!. Mientras que Juanmi no se creía lo que había ocurrido, Alex y Paco se pusieron a llorar amargamente, como queriendo despertar del fatídico sueño.
Cuando Paco llegó a su casa le armaron tal bronca que no comió, y encima de todo, le pegaron una paliza enorme, tanto que al día siguiente no pudo ir al instituto de los hematomas que tenía, como consecuencia de la paliza. No le hablaron durante un mes.
Lo de Alex fue todavía peor ya que su padre por poco lo ahoga en la freidora llena de aceite. Tampoco fue a clase por el pestazo de aceite que olía. A los dos días, cuando se vieron la cara parecían dos sabandijas intratables. No se creían lo que les había pasado, pero esa era la pura realidad. Pensaba Paco que algo había fallado y que había que arreglarlo antes de que arrasara como un tornado.
En la asignatura de Matemáticas, que tanto gustaba a Paco, había sacado un muy deficiente. Fue a hablar con la profesora y ésta le dijo que le había suspendido por hablar tanto en clase y no prestar atención nunca. Después matizó: “Te habría aprobado, pero debido a tus ganas de charla, te suspendí para que aprendas la lección”. Paco se quedó atónito. Fueron sus peores días en el instituto ya que nadie le prestaba atención.
CAPITULO 3
Sus amigos Alex y Juanmi no querían verlo. Lo que le pasaba a Juanmi era increíble. ¿Cómo había aprobado todo estudiando lo imprescindible? y ¿cómo le había sonreído la fortuna?.
Los padres de Paco no le hablaban, era ignorado y de qué manera. En su casa no podían ni verlo. De primera le habían dicho que nada de video nuevo, ni salir por la noche, como hacia algunas veces, pero era el colmo porque cuando comía no podía ver la televisión.
En el instituto todo el mundo pasaba de él, nadie le hacía caso, estaba solo aburrido, sin saber qué hacer. Él pensaba: “que injusta es la vida”. Aunque las cosas no mejoraban en el caso de Alex, por lo menos éste no tenía el problema de estar solo como Paco porque se juntaba con Juanmi, que aunque fuera un poco pesado con el tema de las notas, por lo menos le daba conversación.
CAPITULO 4
El tiempo iba pasando y los ánimos de Paco decaían, pero sabía que si se volvía a producir un desastre titánico de esta magnitud podría costarle la vida y había que evitarlo a toda costa, ya que el padre no dudaría en matarlo. En los exámenes de mitad de mes se había escapado de sacar malas notas: un 6 en Matemáticas, un 8 en Historia, un 5 en Física, su asignatura odiada, vamos no es para salir por la puerta grande, pero parecía que hubiera resurgido el “Súper Paco” de siempre. Poco a poco parecía haber vuelto todo a la normalidad. Alex y Juanmi apenas podían mirarle a la cara. En clase lo ignoraba todo el mundo, hasta los profesores/as, debido al menosprecio que hacía a los demás, por lo de las notas.
Cuantos más días pasaban los nervios por los exámenes de la segunda evaluación crecían. Sus padres le habían dado un ultimátum: “O aprobaba todo o…”, sin aclarar lo que podía ocurrirle si suspendía. Él tenía miedo por los exámenes y luego por las notas.
Alex, no es que estuviera mucho mejor, pero no había sido advertido de esa manera tan brutal, pero eso no quería decir que podía darse el lujo de que le cayera alguna asignatura. Si la otra vez su padre casi lo ahoga, ésta no quiero ni contarte que se le podría venir a la cabeza.
Y Juanmi estaba encantado de la vida, hasta le hicieron una fiesta, por haber aprobado todas las asignaturas.
A dos días para los exámenes de la segunda evaluación, la incertidumbre le corría a Paco por todo el cuerpo. Todas las mañanas iba como de costumbre al instituto y al llegar a mediodía a casa comía y a estudiar: decía: “no quiero vivir otra desgracia igual”, porque además de estar en juego su reputación, la confianza de sus padres quedaría definitivamente rota y no valía correr ese riesgo.
CAPITULO 5
Llegaron los exámenes de la segunda evaluación y las pulsaciones subían conforme iban pasando los días. En su primer día todo parecía ir bien pero su incertidumbre hacia su aparición al hablar del tema de las notas que podía sacar cuando su familia o amigos le preguntaban. No se podía desmoralizar, no era el momento adecuado. Nada más llegar a casa se puso a estudiar los dos exámenes del día siguiente que eran de los más fuertes. Las asignaturas, en principio, más fáciles le habían tocado en los días finales, cuando el cansancio ya se hacía notar.
Acabados los exámenes, llegó el día de las notas, el martes 19 de marzo de 1968, y el juicio final iba a llamar a la gente suspensa, entre los que esperaba no estar Paco.
De pronto el profesor dijo: “Paco Naraz, ven a recoger tus notas”. Paco no podía andar, sus piernas estaban inmóviles, su corazón latía muy fuerte, Paco o tocaba el cielo eterno o todo se le venía encima y acababa aplastado por todos los problemas. Él despacio se dirigía rezando un padrenuestro para que Dios le ayudara y así reconciliarse con su familia.
El profesor le entregó las notas y dirigiéndose a su sitio dijo a Alex: “Me las puedes decir por favor pero dime antes si son buenas o malas”. Alex rápido le contestó: “Malas, ocho notables y tres sobresalientes”. Había suspendido una.
Paco dijo: “Maldita sea, Dios porque me lo has hecho”-. Alex le comentó: “No son tan malas, al final solo te ha quedado una”.
Al rato de llamar el profesor a Paco, éste dijo: “Alejandro Gutiérrez, ven a recoger tus notas”.
Paco le dijo: “Alex, tu puedes”. Alex asustado llegó y las recogió e hizo lo mismo que anteriormente Paco le preguntó a él. Éste le dijo que sus notas habían sido malas, había sacado seis matrículas, cuatro sobresalientes pero le habían quedado dos con muy deficiente. Alex sabía lo que le esperaba, la muerte.
Poco después de decirle las notas Paco a Alex, al salir del colegio, éste último replicó: “Paco me ha encantado conocerte pero hasta nunca, este mundo ya no es para mí y no quiere que me quede”. “En el cielo nos vemos”. Paco sorprendido le dijo: “¡Pero por qué me dices esto, tu padre no te hará nada, la vida sigue y no creo que, por esto, te mate, no te pasará nada!”.
Y, por ultimo llamaron a Juanmi, quién las había aprobado todas. Nueve notables y tres sobresalientes eran las notas que le avalaban.
CAPITULO 6
Al llegar a casa su padre Santiago le preguntó: ¿Cómo han sido?. ¿Buenas o malas?. Paco le contestó: regulares, he sacado ocho notables y tres sobresalientes.
El padre le replicó: “¡Has suspendido una, lo que implica que, según lo que te dije, tu suerte depende de…!” y acto seguido pidió a Justina un cuchillo, que lanzaría al cuerpo de Paco. Su padre pensaba que le pasase lo que pasase a Paco, él no tendría ninguna culpa ya que se lo había buscado.
A las dos de la tarde cogió el cuchillo, que decidiría la suerte de Paco y ¡ zas! lo lanzó, dando en el pecho de éste, produciéndole una herida grave. Seguidamente su padre lo pateó y lo echó a la calle.
Esa era la suerte que corría si suspendía alguna asignatura. Antes de meterse en su casa dijo:
“¡Púdrete en el infierno!. La familia Naraz siguió comiendo como si tal hecho no hubiera ocurrido.
Alex, al llegar a su casa, miró el reloj para ver la hora a la que iba a morir. Eran las dos y veinte de la tarde. Su padre le nombró las palabras malditas: “Dame las notas”. Él se las dio. Enseguida comprobó la cara de furor de su padre, mientras le replicó que iba a morir ya que su destino era la muerte. Cogió doce cuchillos, uno por cada asignatura y fue tirándoselos. Conforme iban cayendo los gestos de dolor en Alex eran evidentes. Una vez lanzados vio a su hijo tendido en el suelo casi muerto. Cogió una botella llena de gasolina y una cerilla. El espacio donde se encontraba Alex lo roció con la gasolina que había en la botella utilizando una cerilla que lanzó. A los pocos segundos se originó un fuego espantoso en el que lo único que se escuchaba y veía era el sufrimiento y olor a carne quemada. Alex corriendo, como pudo, bajo rápido las escaleras, lanzándose en la fuente del portal de su casa, intentando apagar las llamas que cubrían su cuerpo. Así fue, apagó las llamas que le cubrían, pero estaba sangrando por todo su cuerpo, como consecuencia de las heridas de los cuchillos lanzados. Intentó acercarse a un hospital cercano pero, a mitad de camino, cayó al suelo y allí murió pocos segundos después.
CAPITULO 7
Al día siguiente no se hablaba de otra cosa que no fuera la muerte de Alex y la desaparición de Paco. Juanmi, que tan buenas notas había sacado, al enterarse de la noticia se dirigió al aseo echándose de llorar sin parar. Le parecía una mierda el mundo, la vida para él no tenía sentido sin sus dos amigos, uno muerto y otro desaparecido. Bastante afectado empezó a decir una injuria tras otra, dándose cabezazos contra un muro. Para él la felicidad ya no existía, la vida no tenía sentido sin ellos a su lado. Se preguntaba si el padre de Alex había sido consciente de lo que había hecho, a él le parecía una acción cobarde la de matar a un hijo por culpa de unas miserables notas. ¿Cómo tendría la cabeza y que tendría en ella para cometer esa acción tan vil como e infame. Pensaba en que ocurriría si acabase con la vida del padre de Alex de la misma manera que él lo había hecho. Tenía grandes ansias de revancha por la injusticia cometida. Sentía mucho odio pero se tranquilizó antes de cometer alguna acción de la que luego se fuera arrepentir.
Ese día no tenía fuerzas ni ganas para dar clase y muy decaído se marchó a casa. Al llegar su padre le pregunto: “Hijo ¿por qué no estás en clase?”. Juanmi respondió: “Padre, no me encuentro bien”. “El padre de Alex lo ha matado y Paco ha desaparecido”. El padre le respondió: “Esa no es ninguna excusa para no ir a dar clase. Juanmi respondió de mala manera y dando un portazo dijo: “Vete a la mierda”. Su padre cabreado replicó: “¿Qué has dicho?”. Juanmi le dejó con la palabra en la boca y se fue a su cuarto donde se pasó toda la tarde encerrado meditando en la vida tan injusta y llena de problemas que había tenido Alejandro. Por la noche a las 9:30 su padre entró a su habitación y le dijo: “Hijo me da mucha pena que un padre actúe de esa manera, ya que no tiene perdón alguno, pero no se puede nada ya, el destino ha querido que sea él quién acabe con su vida”. “La vida te juega malas pasadas, haciéndose, a veces, cosas que no tienen sentido alguno y más con la atrocidad de su cometido”.
Seguidamente Juanmi se echó a llorar expresando a su padre las ganas de vengarse del padre de Alex a lo que el padre le contestó: “Eso ni hablar, es una persona mezquina, pero vengándote no solucionas nada”.
CAPITULO 8
A las dos horas de ser pisoteado Paco por su padre, éste se levantó medio muerto, sin saber dónde se encontraba. Al rato pasó su hermano Xexil quién mirándole con un desprecio terrible le murmuró: “¡Que hermanito, ahora estás contento!” y le empezó a dar patadas, aunque viendo que venía alguien detrás paró de repente y se fue corriendo.
Un hombre, de mediana edad, con barba se percató del hombre que había sido apaleado y rápido entró a una cabina para llamar a las asistencias sanitarias, las que mandarían una ambulancia debido a que su estado revestía mucha gravedad. A los diez minutos llegó y se paró en el mismo portal donde vivía Paco, de la que salieron dos hombres fuertes, que sacaron una camilla en la que lo montaron rápidamente para meterla en dicha ambulancia. Ésta puso rumbo al hospital más cercano de Madrid.
CAPITULO 9
Al llegar al hospital “12 de Octubre” sacaron a Paco de la ambulancia y lo llevaron a la sección de Urgencias. En ese momento llamaron por megafonía a la cardióloga y cirujana Teresa Martin, quién se encargaría, desde este mismo momento, de Paco Naraz.
Lo examinó rápidamente observando que, aunque tenía un derrame cerebral, debido a la brutal paliza que le propinó su padre, el cuchillo lanzado le había producido graves heridas en el pecho. Su pérdida de sangre era notable.
“Tere”, como le decían en el hospital, ordenó de inmediato que fuera llevado al quirófano número 5 para intervenirle suturando las heridas basculares que tenía, debido a que si no se le hacía pronto la pérdida de sangre podía provocarle un fatal desenlace.
CAPITULO 10
La situación era muy crítica, era complicado salvarle la vida a Paco y la concentración de la cardióloga/cirujana Teresa Martin tenía que ser máxima. A las cuatro y media de la tarde empezó la complicada operación. La operación trascurrió entre momentos muy críticos con hemorragias y pérdidas de pulso. Pero pasadas cinco horas la hemorragias fueron controladas y la sangre llegaba con mayor fluidez al corazón. Todavía quedaba por ver la situación en la que se encontraba el derrame cerebral que podía ser la causa de su muerte también. Tere llamo a su amiga Carolina Sanz, neuróloga, para que le hiciera algunas pruebas que certificasen si había una evolución en el paciente. Carolina le hizo un electroencefalograma, un TAC craneal, destacando que éstas pruebas aseverarían si su situación era estable como así fue.
Después de realizarle aquella operación y todas las pruebas craneales, fue llevado a la UVI durante semanas. Después pasaría a planta donde permaneció dos meses, hasta que le dieron el alta.
CAPITULO 11
Juanmi se encontraba muy tocado después de ocurrir estos acontecimientos. Tras la visita de su padre a su habitación al día siguiente de la desaparición de Paco y muerte de Alex, en su pensamiento solo aparecía una idea: venganza. Lo más curioso era que nadie sabía, a ciencia cierta, el motivo real por el que había muerto Alex. Todo eran suposiciones y más suposiciones.
Al día siguiente de haber ocurrido este macabro crimen todos los periódicos de corte nacional se hacían eco en sus portadas de la noticia. Todo el mundo se quedó perplejo de la forma en que había muerto este chico. La portada más escalofriante era la que aparecía en el periódico “Caso” con el siguiente titular: “Padre desequilibrado mata a cuchilladas a su hijo por suspender dos asignaturas”. Más abajo se hacía eco de otra noticia que decía: “Otro desequilibrado casi mata a su hijo por el mismo motivo” aunque no venía desarrollada la noticia.
Al día siguiente de producirse dicho crimen Juanmi fue al instituto y, aunque estaba muy afectado por la muerte de Alex, se alegró de la noticia que a segunda hora le dio un compañero, ya que le contó que había leído en el periódico “Caso” que un chico con las iniciales P.N.M. de 18 años de edad, se encontraba grave después de ser intervenido quirúrgicamente, tras recibir una cuchillada en el pecho.
Al acabar el colegio fue al quiosco a comprar el periódico “Caso” y al leer la noticia pegó un salto de alegría, sin entender la mujer a que venía ese salto. Seguidamente se marchó a casa tan emocionado que le dio a su padre un abrazo. Le explicó que Paco no había muerto.
CAPITULO 12
El padre se alegró tanto de la noticia que le dijo a Juanmi: “Hijo ¿quieres que vayamos a comer fuera?”. Juanmi contestó: “sí vamos”. Estuvieron en pleno centro de Madrid comiendo y acabaron por la tarde tomando una copa de helado. Volvieron por la tarde/noche y se acostaron muy pronto.
A los dos meses de su ingreso en el hospital a Paco le dieron el alta y lo primero que hizo fue ir a la casa de Juanmi para verlo y preguntarle si se podía quedar allí un tiempo. Juanmi, que ya se había levantado, se emocionó tanto de verlo, que llamó a su padre y se lo preguntó. Él asintió con la cabeza que sí, que se podía quedar todo el tiempo que quisiera.
Después Juanmi acompañó a Paco a interponer una denuncia a su padre en la comisaría más cercana por malos tratos. Fueron a dar una vuelta por la ciudad, hasta que a las una de la tarde volvieron a casa para comer un cocido madrileño que había preparado el padre.
Al entierro de Alex solo acudió la familia más cercana y algunos amigos de clase, entre los que estuvo Juanmi.
CAPITULO 13
A los pocos días de haber interpuesto Paco la denuncia, llegó al domicilio de Santiago Naraz una carta del Ministerio de Justicia en la que se le notificaba la apertura de diligencias por malos tratos y lesiones a su hijo. Cuando vio y abrió la carta empezó decir una calumnia tras otra hasta que su mujer le dijo: “Eso te pasa por imbécil, si lo hubieses matado no tendrías este problema”. Santiago furioso prometió que acabaría con él aunque fuese lo último que hiciese. Justina le contestó: “Tú estás loco, no tienes bastante con lo que le vas a tener que dar de tu sueldo, que además te lo quieres cargar”. “No hagas tonterías”.
La finalidad de Santiago ahora se basaba en adivinar donde se hospedaba y matarlo. Iría a su instituto y preguntaría a todos sus amigos por si alguno tenía alguna información que le pudiese ser de utilidad.
A partir de ahí todo vendría todo seguido hasta que pudiese localizarlo y darle caza para luego escaparse del país.
CAPITULO 14
Paco rehacía su vida lejos de su verdadera pero malvada familia junto a su gran amigo Juanmi, quién le había dado todo su apoyo en el momento más difícil por el que había pasado.
Paco recibió una notificación que le comentaba que al padre le había llegado dicha carta.
Juanmi estaba muy feliz de tener a Paco a su lado y sus ansias de venganza ya habían desaparecido. Lo que no sabía era que hubiese sucedido en el caso de que Paco hubiese muerto como Alex. ¿ Hubiese ido a matarlo, ¿ se hubiera vengado?. ¿Qué hubiera hecho?.
Cuando Paco se incorporó al instituto yendo con Juanmi todos los compañeros se le acercaban preguntándole como se encontraba, cuál era su estado de ánimo, después de la tragedia ocurrida y que había conmocionado a la sociedad madrileña.
Aunque Paco siempre respondía que estaba bien, por dentro estaba afectado por la situación nueva a la que tenía que hacer frente, prefiriendo quitarse la vida a seguir viviendo. Pero cuando sentía como Juanmi y sus demás compañeros le apoyaban, se olvidaba por completo de los malos tragos que había pasado. Lo que nunca se imaginó era que la profesora de Matemáticas se dirigiera a él para darle ánimos, después de haberle suspendido.
La mañana se le iba haciendo más pesada cada hora que iba transcurriendo… A cuarta hora empezó a entrarle un cosquilleo por todo el cuerpo que le hacían temblar las piernas hasta que al fin dijo: “Profesora, por favor, ¿puedo ir al aseo?”. Ella respondió afirmativamente. Juanmi dándose cuenta de la circunstancia le siguió.
Y cuando iba a entrar en el aseo, escuchó un sonido muy fuerte: ¡ pum!. Rápidamente cayó desplomado en el suelo…
CAPITULO 15
¿Qué le había pasado?. En esa hora todo el mundo estaba en las clases y no parecía haber nadie en el pasillo, la muerte podía estar al acecho. Solo podían ocurrir dos cosas: primera, que debido a su estado de ansiedad por salir de allí, hubiera tenido una lipotimia con tan mala suerte de caer al suelo y darse en la cabeza o segunda que el terror se hubiera presentado en persona, pero ¿en quién?.
El culpable de esta situación era nada menos y nada más que Santiago Naraz, su padre. Le dio tal golpe en la cabeza que lo dejó K.O. Pero ¿qué hacía en el colegio Santiago?. ¿Cómo sabía que iba a ir al colegio?.
El hecho era que se había enterado por medio de un compañero con el que algunas veces hablaba Juanmi en clase y por teléfono.
Se introdujo antes de empezar las clases y nadie lo reconoció al llevar una máscara puesta. Solo tuvo que esperar la situación propicia.
Antes de que llegara Juanmi al aseo, Santiago por la ventana posterior escapó con Paco.
Tras haber escuchado el golpe, Juanmi, que iba detrás, dijo: Paco ¿estás bien?. Al notar que no respondía entró al aseo, donde vio gotas de sangre en el suelo. Nervioso empezó a gritar, observando que allí no había nadie. El rastro de la sangre desaparecía al lado de la ventana.
Al salir por ella notó como un Renault de color marrón con matrícula de Madrid escapaba a toda velocidad alejándose con mucho estruendo. Juanmi asustado salió del colegio y llamó a la policía. Al ver que estaba el teléfono comunicando, llamó a un taxi diciéndole al conductor que le llevara a su casa.
CAPITULO 16
Santiago contento, después de la hazaña conseguida, dijo: “Ahora si vas a saber quién soy yo”. “Te llevaré a un lugar donde nadie te encontrará”. En ese momento Paco, atado con cuerdas de manos y piernas, se despertó por lo el padre le propinó un fuerte golpe con un garrote, y acto seguido cayó desplomado.
Mientras tanto Juanmi llegó a su casa y le contó a su padre lo que había sucedido. El padre llamó a la policía, que no tardó mucho en llegar.
Juanmi y su padre analizaron con todo detalle lo que podría haber ocurrido. Llegaron también a la conclusión de que el padre de Paco no era tan bueno como parecía ser.
Poco después Juanmi comentó: ahora entiendo por qué algunas veces veía a Paco con algunos moratones y cuando le preguntaba decía que se había caído por las escaleras de su casa. El inspector jefe encargado del caso, llamado Diego Pulido, aseveró: “Claro, pegándole era una forma de asegurarse que sacaría muy buenas notas y al no decir nada él, nadie le preguntaría ni tampoco sospecharía del padre”.
CAPITULO 17
Mientras tanto Santiago se alejaba a toda velocidad del colegio de Paco, apareciendo en su rostro una sonrisa que iba de mejilla a mejilla.
Decía con gran alegría: “De ésta ya no te escapas”. “Con lo bien que podíamos haber convivido los cuatro, ya que todos sacabais muy buenas notas, llegas tú y por no prestar toda la atención que debías en las clases y en los estudios, me has obligado a sacar mi mal genio”. Siguió diciendo: “De cara al exterior éramos una familia ejemplar, pero tú lo has tenido que estropear todo y has querido que me muestre tal y como soy hecho que vas a pagar duramente”. “Tengo que pensar que voy hacer contigo”. Continuaba replicando: “Para cuando me busque la policía y ese inepto que tienes por amigo habré huido del país y no me podrán coger jamás”.
Paco muy asustado escuchaba lo que su padre decía a la vez que el miedo iba apoderándose de todo su cuerpo.
CAPITULO 18
El inspector jefe había empezado por acordonar la manzana de la casa en donde vivía la familia Naraz en el caso de que volviese a su casa para recoger alguna documentación o material de otra índole antes de su huida. Pero por su domicilio no apareció.
Posteriormente se fue haciendo un control policial a aquellos vehículos sospechosos por si hubiese cambiado de transporte en su huida.
Juanmi se fijó que el coche en el que emprendió la huida era un Renault de color marrón pero no alcanzó a ver la matrícula del coche.
CAPITULO 19
Santiago salió rápido de Madrid por carreteras secundarias para no llamar la atención en dirección desconocida.
El inspector Diego Pulido llamó a la puerta de la familia Naraz y Justina salió a recibirlo. Ella sabía cómo tenía que actuar con absoluto desconocimiento del hecho acaecido. Una vez hechas las preguntas pertinentes por el inspector, éste le advirtió que si se enteraba de algo se lo comunicara enseguida a lo que asintió ella que sí.
Cuando se fue llamó a Santiago y le informó de la conversación mantenida.
Salieron de Madrid sin mayores problemas y tras pensarlo mucho puso rumbo hacia Francia, en donde no podrían detenerlo.
Pasaban los días, las horas y los minutos y el inspector Diego Pulido se desesperaba ya que no había información nueva alguna.
Durante el primer día, en el que salieron de Madrid, se dirigieron hacia Logroño, pasando por Soria, donde hicieron noche. Santiago y Paco iban por la Rioja en el segundo día de trayecto donde llegaron en la sobremesa. Por la tarde siguieron con su caminata llegando al anochecer a Navarra donde durmieron en el coche como cada noche. Al tercer día ya se encontraban en Francia, donde ya podría Santiago moverse con toda tranquilidad sin tener problemas con la justicia, ya que Francia no tenía pacto de extradición con la justicia española.
En España la policía no encontraba rastro alguno de la desaparición de Santiago y Paco. Tenía muy vigilada su casa por si Justina hacía algún movimiento sospechoso o que contactara con él, para lo que tenían pinchado el teléfono de casa.
CAPITULO 20
Allí en Francia se instalaron en un viejo caserón que alquilaron, en el que hacia un frio terrible. “Ahora te puedo matar tranquilamente” dijo Santiago. Paco asustado dijo que no lo hiciera porque sería una acción cobarde por su parte. Entonces Santiago le dijo en voz alta: “Cállate, a mí nadie me dice lo que tengo que hacer y menos tu”. “Si hubieras hecho tu trabajo como debías no estarías en esta situación”. Cogió una escopeta de caza, que utilizaba en las monterías cuando iba a cazar, y se dispuso a disparar pero cuando estaba en ello pensó en darle un tiempo más de vida porque no tenía lugar donde enterrar el cuerpo.
Paco al ver como dejaba la escopeta suspiró. Aunque ¿ hasta cuándo podría aguantar con esta presión?.
CAPITULO 21
La situación de Paco era desagradable porque estaba atado de piernas y manos, como si fuera un preso condenado a la pena de muerte. Santiago le decía una y otra vez: “ Ya tenía yo muchas ganas de cogerte y darte el pasaporte”. “Antes no era posible porque sacabas muy buenas notas lo que hacía que no pudiera regañarte”. “Solo cuando te equivocabas en algunos momentos podía aprovechar para darte una paliza”. “Pero yo quería más y hablé con Justina y Xexil y nos pusimos de acuerdo en matarte, lo cual solo podía producirse con una reiteración de fallos tuyos en cadena”. Este fallo vino tras el desastre de las notas de la primera evaluación y mira que te advertí, pero tu caíste en el mismo error en la segunda evaluación”.
Le seguía detallando los pormenores de todos estos hechos: “Para que tu empezaras a dejar de ser infalible, primero pensé la forma en que empezases a derrumbarte a todos los niveles, primero el académico y luego todo iría en cadena”. “Entró a trabajar en la empresa Javier, padre adoptivo de Alex, y entre nosotros se entabló una gran amistad”.” Estábamos hartos de que todo lo hicieseis perfecto y nos pusimos de acuerdo en que poco a poco fueseis desapareciendo de cada familia envenenándoos con unas pastillas que diariamente os dábamos en el zumo que tomabais al mediodía”. Al poco tiempo bajasteis vuestro rendimiento escolar, pasando de las asignaturas y hablando demasiado en clase”. “El final ya lo conoces, tú has corrido más suerte que tu amigo Alex, ya que a él lo mató después de tirarle doce cuchillos, para después quemarlo con gasolina muriendo a los pocos segundos y tú estás a salvo por ahora, ya que un hombre llamó a la asistencia sanitaria que mandó a una ambulancia y te llevaron al hospital más cercano, donde te operaron de urgencia”.
CAPITULO 22
Paco preguntó: “¿Por qué nos habéis hecho esto?”. “Había otras alternativas ya que nos podíamos haber marchado de casa y desaparecer de vuestras vidas, si es que éramos una amenaza para vuestros intereses y para la familia en la nos hemos criado”. “Claro que erais una amenaza para nosotros, al ser una boca más que alimentar, unos estudios más que pagar” subrayó Santiago. “Sabes cuantas veces me han dado de lado los compañeros en el trabajo, por tener un niño superdotado, lo que he tenido que aguantar, empezando por una rebaja en el sueldo de mi jefe desde hace tiempo, solo porque te tenía en mi familia” decía Santiago. “Estuve meditando y planificando fríamente tu muerte y cuando pensé en llevarlo a efecto se lo propuse a tu madre y hermano Xexil y estuvieron de acuerdo en la idea”. “Pensamos en cuidarte hasta la mayoría de edad, para una vez cumplida llevarla a cabo”. “A Javier también se la comenté y estuvo de acuerdo de inmediato ya que él estaba pasando por la misma situación que yo”.” El final va a ser el mismo aunque el modo de ejecutarlo sea diferente”.
CAPITULO 23
Juanmi y su padre se encontraban más unidos desde que ocurrieron estos hechos que habían convulsionado a la sociedad madrileña. Juanmi seguía haciendo su vida normal: por la mañana se levantaba para ir al colegio, aunque la motivación ya no era la misma desde que sus amigos no estaban.
Con frecuencia se echaba a llorar debido a la tristeza que tenía contenida, pero la vida seguía aunque fuera un caos del que ya era imposible salir.
Su padre mientras tanto se encontraba en el colegio de Educación Infantil y Primaria, en el que trabajaba como profesor de primaria dando la especialidad de Lengua y Matemáticas.
A veces caía en una depresión de la que le era complicado salir. Desde que ocurrieron estos hechos cada día estaba peor. Al mediodía y algunas tardes hijo y padre adoptivo hablaban de lo injusta que es, a veces, la vida. Por las noches apenas cenaban y no tenían muchas ganas de conversar. Tenían la esperanza de que la policía diera con el paradero de Paco y su padre.
CAPITULO 24
Javier, padre de Alex, fue detenido la misma noche que asesinó a su hijo. Después del interrogatorio al que fue sometido en la comisaría se le encerró en el calabozo. Se consideró culpable de los cargos que se le imputaban.
En el juicio celebrado del 22 de marzo al 29 de marzo, Javier expuso el plan que tenía acordado con Santiago y su familia para matar a los niños haciéndolo de manera consciente y cuál fue el motivo: “la venganza”. El tribunal que lo consideró culpable del delito de asesinato, con el agravante de parentesco, lo condenó a 20 años de prisión, que ya ha empezado a cumplir en el Hospital Psiquiátrico de Carabanchel.
CAPITULO 25
El inspector jefe Diego Pulido, a raíz de este juicio, ha arrestado a Justina y a su hijo Xexil, el 5 de abril en su casa, como cómplices y encubridores de Santiago, en el plan que éste quería llevar a cabo. También fueron interrogados esa noche, encerrándoseles en el calabozo. Fueron más reacios a decir nada y no se consideraron culpables, aunque cuando se encontraban en pleno juicio, los nervios les jugaron una mala pasada y ante las preguntas insistentes del fiscal, que los sometió a una gran tensión, acabaron por confesar que colaboraron con Santiago para que éste llevara a cabo su plan. El tribunal los consideró culpables condenando a la madre a 15 años que ya ha empezado a cumplir en la prisión de Alcalá de Henares y al hermano a 7 años de prisión que cumple en la Prisión de Carabanchel.
CAPITULO 26
Ya se iban resolviendo algunas incógnitas como: ¿Por qué se había originado ese cambio en las notas de Alex y Juanmi?, ¿qué había tras ese cambio?, ¿por qué querían matar a Alex y Paco? y ¿cómo eran verdaderamente los padres de Alex y Paco?.
A partir de la detención y autoría por parte de Javier del crimen de su hijo adoptivo y la posterior confesión la policía fue investigando hasta detener a la familia Naraz menos Cecilia que estaba al margen de todas estas acciones que se planearon durante mucho tiempo, como confirmó Justina.
Al principio el inspector jefe Diego Pulido estaba nervioso porque no encontraba pistas pero, a partir del interrogatorio que se le llevó a cabo a Javier, éste empezó a desvelar datos, como que casi toda la familia de Santiago, excepto Cecilia, lo sabía todo ya que lo debatía con Justina y Xexil. A partir de ahí fue relatando los planes que tenían preparados para Alex y Paco.
Tres meses después, el 19 de junio, no había noticia alguna del paradero de Santiago y su hijo Paco.
Se han encontrado respuestas para muchas preguntas. Pero queda todavía la más importante:
¿Dónde están?, ¿Qué ha pasado con ellos?. Es un misterio sin resolver.
CAPITULO 27
Juanmi era un chico torpe pero con una voluntad de acero y mucha constancia para hacer aquello que se proponía. Normalmente en las evaluaciones tenía dificultades para aprobarlas sin tener varios suspensos, aunque en los exámenes finales siempre lo sacaba todo.
Pero a partir de este año la situación había cambiado considerablemente ya que con el mismo esfuerzo aprobaba todo sin dificultad en cada evaluación, lo que para él era un logro. Y claro él empezó a sospechar. El padre adoptivo quería hacerle creer que las había aprobado con su esfuerzo, pero Juanmi sabía que no. Ese cambio radical de aprobar todas asignaturas en todas las evaluaciones, en un periodo de tiempo tan corto, de tan solo 6 meses, tenía su explicación.
La explicación de tan buenos resultados se encontraba en un producto vitamínico que el padre adoptivo de Juanmi había comprado en una farmacia cerca de su casa. Este producto vitamínico lo echaba en el vaso de leche que se tomaba por la tarde y aumentaba la capacidad para memorizar con mayor facilidad.
Pero también tenía contraindicaciones que, al cabo del tiempo, podían causarle la muerte.
Cuando Juanmi fue notando los cambios progresivos que se iban dando en su rendimiento escolar, sin mayor esfuerzo que el de siempre, obligó al padre, un 19 de julio, a que le contara la verdad sobre ese hecho que no le quería decir nada y que él ya se habla dado cuenta. Su padre, entre lágrimas llorando se lo fue contando, como cansado de que solo aprobara en los exámenes finales fue a una farmacia y compró un producto vitamínico con el que mejoraría el rendimiento escolar y aumentaría la capacidad de memorizar. No le habían comentado que tuviera ninguna contraindicación. Juanmi, de repente, fue a su habitación, entró al balcón y desde el mismo se suicidó. Era un tercer piso. Nada se pudo hacer por su vida. Cuando su padre llegó a ver qué había ocurrido todo era inútil ya. Él yacía muerto y todo intento de reanimarlo era en vano.
A los quince minutos vinieron la policía y una ambulancia, cuyo medico certificó el fallecimiento y el juez de vigilancia ordenó el levantamiento del cadáver. La policía interrogó en la comisaria al padre de Juanmi y éste contó lo sucedido. Acto seguido de tomarle declaración fue llevado al calabozo. Al día siguiente se celebró el funeral por la muerte de Juanmi por el que acudió toda su familia y amigos.
CAPITULO 28
El instituto interrumpió su actividad escolar durante el siguiente año académico 1968/69, ya que habían sucedido demasiadas noticias trágicas que habían hecho mella en los alumnos y maestros.
CAPITULO 29
Pepe fue juzgado por envenenar a su hijo Juanmi, aunque, como quedó demostrado en la autopsia, éste no fuera el motivo de su muerte, por lo el tribunal lo condenó a 3 años de prisión, que empezó a cumplir en la prisión de Carabanchel. Quedó probado que el chico se había suicidado por varias razones: la primera de ellas era porque su padre, de forma involuntaria, estaba envenenando a su hijo y segunda por la situación de ansiedad que le estaba ocasionando no saber nada de su amigo Paco, quién fue secuestrado por su padre y la muerte de Alex.
CAPITULO 30
Ese año acabó sin más acontecimientos que reseñar. No hubo más hechos acaecidos de carácter escalofriantes, ni acciones o barbaries que mencionar, pero esas historias todavía permanecen en las mentes de aquellas personas que lo vivieron de cerca y en general en aquella sociedad madrileña.
Tras el cierre del centro por estos horripilantes sucesos durante un curso escolar, abrió sus puertas con la esperanza de que estos hechos no volviesen a ocurrir, intentando que todo fuese como antes, pero eso nunca ocurrirá porque esos niños no regresarán jamás de la muerte.
Ese tiempo precioso en el Alex y Juanmi pasaron muchos años en aquel viejo instituto, que todavía sigue en pie, ya no volverá. No se cometieron crímenes tan horrendos y abominables como los de aquel curso escolar ni se volvió a comentar nada sobre este asunto hasta que en…
CAPITULO 31
El día de hoy, un 19 de marzo de 2002, en el que se conmemoran 34 años de la matanza de Alex, un agricultor francés encontró dos esqueletos semienterrados de dos hombres, uno aparentaba unos 52 años y otro aparentaba unos 80 años, como luego determinó el ADN.
Una vez que se supo que los cuerpos eran los de Paco y Santiago se procedió a localizar a Cecilia para que se desplazara a
Francia para darles una sepultura digna a aquellos cuerpos. Como causa de la muerte la autopsia reveló que fue por disparo de escopeta con un orificio de entrada y otro orificio de salida en la frente. La autopsia confirmó también que el primero en morir fue Paco y luego Santiago se suicidó. A los pocos días se celebró su funeral en la más estricta intimidad.
Después de aquella fecha maldita en la que empezó toda esta historia que os acabo de contar hubo que esperar treinta y cuatro años para conocer la última respuesta para la única pregunta que quedaba por resolver: ¿Que había sido de los dos?.
Treinta y cuatro años después ya se conoce la maldita respuesta.
3. TERROR EN LA CASA MALDITA
CAPITULO 1
Los hechos que a continuación se van a narrar ocurrieron en un pueblo llamado Enebro perteneciente a una tierra muy lejana llamada “Barrandera”. En una calle céntrica llamada “Periodista López Martin“ vivía una señora llamada Pepa Miranda, quién en mil novecientos sesenta y cinco derrumbó su casa y comprando un pequeño solar, que se encontraba al lado de su casa, construyó dos casas muy amplias para sus hijos Eva y Torcuato.
Ese solar pequeño que había comprado para construir las dos casas amplias, nunca fue habitado por el dueño que lo compró, ya que después de comprar el solar empezaron a suceder hechos paranormales como escucharse ruidos de difícil explicación y gritos muy concluyentes, que empezaron a atemorizar al dueño y a muchos vecinos de la calle, por lo que éste en cuanto le ofrecieron comprárselo se mostró encantado de venderla por un precio asequible. En mil novecientos setenta estaban construidas las dos casas espectaculares que correspondían a sus hijos Eva y Torcuato.
CAPITULO 2
Todavía hoy al narrar estos acontecimientos que ocurrieron en este pueblo llamado “Enebro” se le pone la piel de gallina al narrador de la historia ya que fueron muy trágicos y conmocionaron a todo un pueblo. Pero empecemos con ello…
CAPITULO 3
Un veintiocho de diciembre de mil novecientos setenta y uno siendo las doce de la noche empezaron a escucharse grandes temblores en ambas casas. Este hecho sorprendió a todos por completo. Al momento el corazón empezó a latirle a ambas familias muy fuerte, ya que no era lógico lo que estaba pasando, debido a que lo que en un principio podía ser un terremoto, fuera de
sus casas la situación era normal, sin existir tal circunstancia.
Acto seguido Torcuato, su mujer Linda, el hijo mayor Enzo y el mediano Francisco fueron a la casa de Eva, su hermana. Cuando subieron hacia arriba encontraron una situación insólita al aparecer Pepa en el pasillo tirada en el suelo con astillas clavadas en los dos ojos y evidentes síntomas de violencia. Al ir a la cocina se dieron cuenta que Eva tenia seccionada la carótida con un cuchillo y en las escaleras y Otto había sufrido un infarto encontrándose en las escaleras muerto. Su hijo Nilo se encontraba en su cama muerto por asfixia producida por la falta de oxígeno debido a que alguien o algo lo había estrangulado.
Al ver que ya no se podía hacer nada por ellos decidieron bajar a su casa para llamar al médico que viniese a certificar el fallecimiento de los familiares y al juez de vigilancia que ordenara el levantamiento de los cadáveres cuando, de pronto, resbaló Torcuato en las escaleras y cayó rodando por éstas dándose un golpe en la cabeza.
Murió al instante sin oponer ninguna resistencia. Esa noche transcurrió sin mayores complicaciones.
CAPITULO 4
A la mañana siguiente Francisco pasó el día con sus amigos Alberto y Jesús sin haber ningún acontecimiento extraordinario que se saliera fuera de lo común.
Pero cuando volvió a su casa se llevó una gran desilusión al encontrar a su hermano mayor con graves síntomas de violencia por ahorcamiento. Su madre no paraba de sollozar. Francisco no podía creerse lo que estaba ocurriendo en estos dos días. El ambiente se había vuelto enrarecido, se multiplicaban las muertes y de qué forma pero había que mirar para adelante e intentar se positivos aunque las circunstancias fueran adversas.
Por la noche Linda y Francisco esperaban algún síntoma que les diese una pista de porque estaban sucediendo estos hechos macabros y así fue. Eran las doce de la noche cuando de pronto…
CAPITULO 5
En el desván se escuchó una voz fantasmal con un tono grave que dijo: “Marchaos de aquí, es nuestra casa”. “Fue un cementerio fenicio, musulmán y los últimos restos que hay enterrados son los nuestros, soldados franceses que perecimos aquí por culpa vuestra”. “Os damos hasta el dos de Enero para que os vayáis, si no sufriréis las consecuencias”.
Linda empezó a temblar diciendo: “No traen buenas intenciones, lo mejor será que nos vayamos”.
Francisco replicó: “Irnos de nuestra casa ni hablar”.
El treinta de Diciembre fue un día realmente angustioso para Linda y Francisco, en el que todo transcurrió con normalidad por la mañana y tarde. Pero por la noche, cuando Francisco salió a la calle, no había nadie en ésta. Parecía un pueblo fantasma.
Mientras cenaban sucedió un hecho insólito. De pronto en el desván se escuchó la voz de Torcuato, circunstancia que les asustó infinítamente. Era una grabadora que había saltado con la reproducción de una cinta del padre de Francisco. Ellos se asustaron muchísimo. Una vez apagada siguieron comiendo tranquilamente.
A las doce de las noche, de pronto, las puertas empezaron a abrirse y a cerrarse, las persianas a subirse y a bajarse, a escucharse ruidos fantasmales en el desván, con el mismo tono grave que decían “Marchaos ya de una vez o moriréis”. “Es la última vez que os avisamos”.
De pronto cesaron los sonidos y los movimientos bruscos de puertas y persianas.
CAPITULO 6
El día treinta y uno la tensión entre los dos era evidente por la situación que estaban pasando. Linda estaba desquiciada y quería seguir pero no sabía si podría aguantarla.
Su hijo Francisco también lo estaba pasando mal, ya que le pesaba mucho la responsabilidad de salir a defender a su madre.
El día transcurrió sin ninguna anomalía pero, por la noche, poco antes de que fueran a dar las doce explotó la televisión. No pudieron entrar con buen pie al año nuevo, eso sí hubo felicitación.
El día uno se palpaba un desenlace cruel, con más tensión si cabe, pero intentaron no pensar en el tema, por lo que Linda puso rosetas de maíz en la sartén mientras recordaban los viejos tiempos cuando Linda y Francisco eran más jóvenes mediante álbumes de fotos antiguas.
CAPITULO 7
Por la noche intentaron dormir un poco, pero eran las doce de la madrugada, recién entrado el día dos de Enero, cuando se escuchó por última vez esa voz fantasmal con tono grave que pidió que se fueran de la casa inmediatamente, a lo que ellos replicaron que nunca se irían.
De pronto empezó la voz a entonar un cántico fantasmal con tono muy siniestro que hizo que Linda se desmayara perdiendo el control de su cuerpo y cuando se levantó había sido impregnada por un espíritu maléfico que la condujo al suicidio desde la segunda planta de la casa.
Acto seguido, antes de que a Francisco le pasara lo mismo, éste se suicidó tirándose al vacío desde el desván.
Desde aquél dos de Enero de mil novecientos setenta y dos la casa nunca más ha sido habitada por ningún ser viviente, tras los macabros hechos sucedidos hace cuarenta y seis años.
Esa calle está maldita para toda la gente de este pequeño pueblo y de este suceso todos los vecinos prefieren guardar silencio sobre estos desafortunados y maléficos hechos.
Fuente: "Mis relatos breves"
Autor: Antonio. J. Martín