He tenido, a lo largo de mis años de maestro, la grandísima suerte de estar rodeado de muchos/as profesionales por los que tengo un gran respeto, ya que realizan un papel muy importante con el alumnado con problemas de aprendizaje y que como yo dedican mucho tiempo y dinero a formarse para defender sus derechos.
A este alumnado podemos llamarles alumnos/as con diversidad funcional, con neae… el nombre es lo de menos. Lo importante es defender sus derechos porque en su gran mayoría tienen pocos recursos y los que tienen normalmente son insuficientes.
Sé que lo pido es una utopía pero no por ello dejaré de solicitarlo:
1) Para empezar un sistema educativo que forme a todos los profesionales que trabajan en él en atención a la diversidad.
2) Cargos directivos que atiendan y encaucen una respuesta educativa inclusiva para sus alumnos/as.
3) Orientadores/as que trabajen en la respuesta educativa en función de cada alumno/a dentro de la diversidad de alumnos/as que aprenden.
4) Recursos personales formados en atención a la diversidad dentro de las aulas ordinarias. Recursos materiales y organizativos para atender a todos los alumnos/as dentro del aula ordinaria de forma planificada e inclusiva.
5) Suprimir la burocracia innecesaria.
6) Eficaz coordinación interprofesional (centros educativos, servicios sociales, centros de salud, salud mental, familias...).
7) Formación inicial y continua de todo el profesorado, dirección e inspección, en atención a la diversidad.
Lo que no puede ser es que un/a maestro/a de AL o de PT en un centro se vea inmerso/a en sustituciones dejando de atender a sus alumnos/as, sin cumplir con su horario, ni las funciones para lo que ha sido contratado/a. El/la maestro/a de Audición y lenguaje o Pedagogía Terapéutica es el/la único/a profesional con formación específica para trabajar las dificultades que presentan alumnos/as con TEA, Sindrome de Down, TEL... en un centro escolar, por lo que debe ser respetado/a para que realice la función específica para lo que está enconmendado/a correctamente.
El alumnado con dificultades de aprendizaje pasa por una extensa e infructuosa burocracia de los diferentes profesionales:
1) Detección de necesidades educativas.
2) Valoración por parte del orientador.
3) Valoración por parte de otros profesionales ajenos al centro educativo (oftalmólogos, salud mental...).
4) Organización de la respuesta educativa.
5) Organización y selección de recursos organizativos y pedagógicos.
6) Coordinación con los/las tutores/as y otros/as maestros/as para hacer una respuesta educativa coherente.
Es de vergüenza el esfuerzo (en tiempo y dinero) el que se lleva a cabo, para que acabe mandando al especialista a sustituir con lo que supone dejar a sus alumnos/as sin la atención que les corresponde.
¿No hay otro recurso disponible en el centro con libre disposición en su horario?
Aunque sean pocos alumnos/as y lo más cómodo pero no es lo más acertado ya que nuestro deber está con este alumnado ya que estos niños/as tienen pocos recursos y con ellos tienen que mejorar su calidad educativa, por lo tanto, rentabilicemos los recursos existentes y valoremos lo que tenemos.
No quitemos al alumnado con dificultades de aprendizaje de los únicos recursos específicos que el sistema educativo ha puesto a su servicio.
Hagamos lo posible para que haya más recursos formados en atención a la diversidad dentro de las aulas ordinarias.
1) Dedicado a tod@s aquell@s maestr@s que lo son en todo momento.
2) Dedicado a l@s maestr@s que superan los inconvenientes de este arcaico y desigual sistema, logrando éxitos con sus alumnos/as por encima de las dificultades y neglicencias que existan.
Adaptación: Antonio Javier Martín Gutiérrez.
Fuente:
Para más información ver este enlace:
https://entretodosrespetamos.blogspot.com/
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