Me llamo Antonio Javier Martín Gutiérrez y me encanta el cine de acción.
Bruce Willis es mi actor del cine de acción favorito.
Es protagonista entre otros muchos papeles de la serie de ficción Luz de Luna (Moonlighting) y de la película Duro de Matar (Die Hard).
Pero algo cambió en mi vida cuando en marzo de 2022 me enteré que se retiraba como actor con tan solo 67 años.
Y lo que más me impactó fue el motivo, se le había diagnosticado una afasia primaria progresiva (APP).
Fue entonces cuando me pregunté que se sabía de la afasia y me di cuenta que casi nada.
Me propuse indagar más sobre el tema para lo que contacté con mi querido amigo y logopeda de cabecera, un experto en el tema y quien me sacó de dudas.
El experto en el tema y amigo de confianza se llama Santos Borregón Sanz.
Antes de entrar en materia diré que hablar de Santos Borregón Sanz es hablar de una de las mejores personas que he conocido a nivel humano y profesional.
Dedico este "Especial Afasia" a Bruce Willis y a los profesionales que en las distintas especialidades trabajan con el lenguaje.
Antonio Martín: ¿Qué es la afasia?
Santos Borregón Sanz: En primer lugar, me permito acudir a una definición académica. La afasia es un trastorno por pérdida, deterioro o disminución de la capacidad o potencialidad comunicativa, afectando de forma específica a los aspectos codificativos y/o decodificativos del lenguaje -verbal y no verbal-debido a una lesión del sistema nervioso central (Accidente Cerebro Vascular -A.C.V.-) cuya etiología puede ser variada.
Se habla de afasia cuando dicho trastorno aparece a partir de los 6 años de edad.
Con otras palabras, la afasia es un trastorno del lenguaje sobrevenido, por lo general de forma súbita, y a partir de los 6 años, trastorno que dificulta e incluso puede impedir la comunicación dado que puede afectar a la comprensión del lenguaje, a la expresión o bien a ambas.
Antonio Martín: ¿Por qué se produce?
Santos Borregón Sanz: Las causas son muy diversas. Cuando se señala como causa genérica al accidente cerebrovascular (ACV), se está apuntando a una etiología muy diversa: un traumatismo craneoencefálico, un tumor, un trombo, un aneurisma, una infección cerebral, un proceso degenerativo, etc.
Antonio Martín: ¿Cómo afecta al sujeto?
Santos Borregón Sanz: Dependiendo del tipo de afasia y del nivel de gravedad puede impedir en mayor o menor medida él habla, el lenguaje y/o la comunicación y ello no solamente en el modo hablado, sino que también compromete en forma semejante al modo escrito, signado, etc., y así estaríamos ante sujetos que no hablan, no leen, no entienden, no escriben, no signan, etc.
Cualitativamente las dificultades son, por lo general, de la misma índole: en el lenguaje hablado (afasia) en el reconocimiento auditivo o visual (agnosia), en la ejecución motora (apraxia), en la lectura (alexia) y en la escritura (agrafía, al dictado o en la expresión escrita, pero no en copia). Podríamos decir que las personas con afasia no hablan, no leen y no escriben; si bien, ello no es debido a un problema motor (parálisis o paresias) sino a la pérdida de engramas o huellas cerebrales.
Las dificultades en un determinado cuadro afásico son semejantes en las distintas funciones lingüísticas. Con un ejemplo, en una afasia expresiva las dificultades de habla son semejante en la lectura y en la escritura, en una afasia comprensiva la persona no entiende el habla, tampoco el texto escrito e igualmente los signos.
Pero, conviene señalar un aspecto muy importante, las personas con afasia, no pierden la voluntad ni la intencionalidad comunicativa, bien es cierto que, cuando no consiguen comunicarse su estado emocional y su nivel de participación en el entorno puede verse seriamente comprometido.
Antonio Martín: ¿Qué tipos de afasia hay?
Santos Borregón Sanz: Si bien existen distintos tipos de afasia, Afasia de Broca, de Wernicke, de conducción, amnésica, afasias transcorticales, afasias subtalámicas, afasia progresiva primaria, etc., los dos modelos clínicos más conocidos, por ser en cierta medida representativos de las afasias expresivas y comprensivas, son: la afasia de Broca y la Afasia de Wernicke, si bien, raramente existen cuadros puros, exclusivamente comprensivos o bien exclusivamente expresivos y en todo caso, con matices.
En la afasia de Broca se halla preservada la comprensión y el trastorno mayormente afecta a la expresión. El sujeto puede entender el mensaje oído, leído o signado pero, difícilmente, puede expresarse en modo hablado, en modo escrito o bien mediante signos.
La persona es consciente de sus dificultades que, por lo general, no son debidas a problemas motores sino a la pérdida de la habilidad para emitir las palabras, es como si se hubieran perdido las palabras y las huellas sobre cómo se articulan, aun siendo capaces de reconocerlas.
De ahí que la persona pueda emitir en determinados contextos sílabas o palabras si bien, difícilmente puede generarlas de forma intencional. Reconoce las palabras, pero no puede imitarlas ni repetirlas directamente, palabras que en ocasiones pueden aparecer en canciones, automatismos, etc.
Como cabe esperar, para la persona con afasia el nivel de frustración y el sentido de impotencia es muy alto, al ser consciente de sus dificultades, por lo general la persona tiende a inhibirse y a abandonar los intentos de hablar.
En la afasia de Wernicke las dificultades se evidencian sobre todo en la vertiente comprensiva, el sujeto extraña las palabras, estas han perdido su significado. Por lo general, cuando el paciente desea comunicarse emite de forma fluida una jerga con mezclas de palabras o sílabas con apariencia de palabras, pero en un discurso ininteligible.
El sujeto pretende comunicarse y no es consciente de que sus emisiones no responden a palabras, si bien el “habla” se realiza con fluidez, no hay inhibición alguna.
Como cabe esperar al alterarse la comprensión, la expresión se halla igualmente alterada.
En el nivel personal, por lo general, al no ser consciente de las dificultades del habla, el grado de frustración es menor.
Antonio Martín: ¿Cómo se realiza su intervención?
Santos Borregón Sanz: En todos los casos, la intervención es una urgencia a un doble nivel, por la importancia de que sea lo más precoz posible a fin de evitar secuelas persistentes y, por otro lado, por la urgencia en evitar igualmente situaciones de incomunicación.
La intervención ha de diseñarse atendiendo a las particulares características del cuadro afásico, ya que habrá sujetos que tienen en mayor o menor medida preservada la comprensión, el habla, la repetición, la lectura o bien la escritura. Por acudir a algún ejemplo, habrá sujetos que, parcialmente, comprendan leyendo y no en el modo hablado, sepan escribir, pero no leer, etc.
En todo caso, dado que se trata de un trastorno grave del lenguaje y, por lo general, comprometiendo todos los niveles, la intervención ha de centrarse inicialmente en garantizar y/o forjar comunicación y a su vez en recuperar la comprensión y expresión del lenguaje: en el habla, en la lectura y en la escritura.
Antonio Martín: ¿Cómo se realiza su prevención?
Santos Borregón Sanz: Tal como se señaló al hablar de las causas o etiología, la afasia puede sobrevenir por múltiples circunstancias; no obstante, cabe prevenir mejorando la calidad de vida de los individuos, lo que sin duda ha de conllevar entre otros: el control arterial, sobre todo por el riesgo de la hipertensión, el consumo de azúcar por el riesgo de diabetes mellitus, el colesterol alto, así como otras circunstancias tales como el tabaquismo, consumo de alcohol, obesidad, exceso de estrés, etc.
De forma simplificada podríamos decir que en la etiología de la afasia las alteraciones vasculares y los traumatismos constituyen un altísimo riesgo bien por obstrucción, rotura de arterias, émbolos, etc.
Antonio Martín: ¿Cuál es su pronóstico?
Santos Borregón Sanz: En primer lugar, y como cabe esperar, el pronóstico va a depender de la edad, a menor edad, mejor pronóstico, tengamos en cuenta que en la tercera edad y en la propia vejez, el deterioro asociado a los muchos años hace más difícil una recuperación.
A su vez, tal como ya señalamos, no todos los cuadros afásicos presentan una misma gravedad y compromiso lingüístico por lo que habrá individuos con mejores y peores rendimientos, es más, ni tan siquiera la gravedad será la misma para individuos con un mismo cuadro afásico.
Y así, como en todo proceso, los cuadros de menor gravedad presentarán, frente al resto, un mejor pronóstico.
Y por añadir un apunte más, por lo general y teniendo en cuenta la edad y el grado de afectación, las afasias expresivas tienen un peor pronóstico frente a las afasias comprensivas.
Antonio Martín: ¿Qué palabras dirías para finalizar?
Santos Borregón Sanz: Tal vez convenga resaltar, sobre todo en lo que respecta a la interacción familiar, que la persona con afasia ni tan siquiera en las situaciones de mayor incomunicación es una persona que sufre demencia, en absoluto, e igualmente, aunque haya perdido por completo la capacidad de hablar, leer y escribir, tampoco su proceso de reaprendizaje es semejante al de un niño a la hora de aprender a hablar, leer y escribir.
Por último, con respecto a la intervención en sujetos con afasia y sobre todo en los más graves, aquellos en los que la comunicación es casi inviable, es preciso recabar apoyos institucionales para garantizar una mejor calidad de vida al sujeto afásico y a su entorno, procurando apoyos multidisciplinares, al margen de los estrictamente orientados hacia la recuperación de los síntomas afásicos, que protejan la interacción familiar y eviten el desajuste que se produce en dicho entorno sin olvidar que, sin lugar a dudas, será el propio afásico quien habrá de enfrentarse a una situación de grave incomunicación, situación en la que su estado emocional y su nivel de ansiedad y frustración pueden acarrearle, aislamiento, maltrato, indefensión e incluso estados más o menos graves de depresión.
Artículo: Antonio Javier Martín Gutiérrez
Referencias bibliográficas de Santos Borregón Sanz :
a) La afasia. Exploración diagnóstico y tratamiento", Ed. CEPE, Madrid.
b) La intervención en afasia. Proceso diagnóstico y de investigación sobre mecanismos neuropsicológicos de aprendizaje, En: Logopedia escolar y clínica: últimos avances en evaluación e intervención / coord. por José Domingo Martín Espino, pp. 171-186.
c) Romper la incomunicación, objetivo prioritario en Accidentes Cerebrovasculares. Rev. Al Siglo XXI, nº 7, pp 14-15.
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